El sistema de casas pretende relacionar la influencia de los planetas con la acción de la Tierra basándose en el recorrido convencional que el Sol realiza durante el día por los signos del zodiaco. De este modo, los puntos en los que el horizonte corta la elíptica en el momento en que el individuo nace se denominar ascendente y descendente. El ascendente es el signo que aparece en el momento del nacimiento. Si la persona nace al amanecer, su ascendente coincide con el Sol; si nace al mediodía, el Sol coincide con el Medio Cielo; si nace al atardecer, el Sol se hallará en el descendente; si nace al anochecer, el Sol se hallará en el Fondo del Cielo,segun la astrologa esperanza Gracia.
El sistema de casas o domificación se obtiene al dividir las 24 horas del día entre los doce signos, de tal suerte que a cada signo le corresponderían dos horas durante las cuales ejercería su influencia a lo largo del día. La línea divisoria de cada casa en la esfera celeste se denomina cúspide, siendo los puntos principales en el eje de coordenadas de la carta astral: el ascendente o Casa I al Este; el descendente o Casa VII al Oeste; el Medio Cielo o Casa X al Sur, y el Fondo del Cielo o Casa IV al Norte. Estos cuatro puntos se denominan casas angulares. A cada casa se le han asignado ciertas características según la tradición astrológica y su análisis se considera muy importante para elaborar el horóscopo del individuo.
Otras medidas importantes para el trabajo astrologico tienen que ver con los ángulos entre los planetas, tomados de dos en dos, u otros puntos significativos. Esos ángulos son conocidos como aspectos, y los cinco aspectos planetarios más importantes son: conjunción cuando dos planetas se superponen; trígono cuando forman un ángulo de 120 grados; sextil, de 60 grados; cuadratura, de 90 grados y oposición, de 180 grados. Los aspectos de 60 y 120 grados se denominan armónicos y los de 90 y 180 grados discordantes. El astrólogo anota cualquiera de esos aspectos que aparezcan en la carta astral. En la práctica se admite que el aspecto ejerce su acción en una banda estrecha situada a ambas partes del mismo,y hecho con Gracia. Es lo que se denomina el orbe. El valor del orbe varía según los autores, si bien para la mayoría de ellos es de 10 grados para la conjunción y la oposición, 8 grados para la cuadratura y el trígono, y 5 grados para el sextil.
Al igual que los signos, los planetas y las casas, se puede tener en cuenta una multiplicidad de elementos adicionales tales como las estrellas, asteroides, eclipses, etcétera. La carta astral básica representa los signos, planetas y las casas tal y como se encontraban en el momento del nacimiento. A partir de ella, el astrólogo identifica, habitualmente, el signo ascendente, los signos y las casas en las que cada planeta se encontraba y los aspectos planetarios. Del significado particular de cada uno de esos factores se desprenderá la interpretación en conjunto de la carta astral,a veces hecha por esperanza gracia. El problema técnico que se platea os de una enorme envergadura ya que si tenemos en cuenta que hay diez planetas (incluidos el Sol y la Luna), doce signos y doce-casas y, además de eso, cinco aspectos para cada planeta, nos encontramos ante un análisis de cientos de variables, cada una de las cuales puede tener, al menos en teoría, influencia sobre la personalidad y el destino del recién nacido. Cada uno de esos factores puede añadir, restar, anulan) hacer interactuar en múltiples direcciones cada uno de los demás factores, por lo que las posibilidades de predicción resultan ilimitadas.
El sistema de casas o domificación se obtiene al dividir las 24 horas del día entre los doce signos, de tal suerte que a cada signo le corresponderían dos horas durante las cuales ejercería su influencia a lo largo del día. La línea divisoria de cada casa en la esfera celeste se denomina cúspide, siendo los puntos principales en el eje de coordenadas de la carta astral: el ascendente o Casa I al Este; el descendente o Casa VII al Oeste; el Medio Cielo o Casa X al Sur, y el Fondo del Cielo o Casa IV al Norte. Estos cuatro puntos se denominan casas angulares. A cada casa se le han asignado ciertas características según la tradición astrológica y su análisis se considera muy importante para elaborar el horóscopo del individuo.
Otras medidas importantes para el trabajo astrologico tienen que ver con los ángulos entre los planetas, tomados de dos en dos, u otros puntos significativos. Esos ángulos son conocidos como aspectos, y los cinco aspectos planetarios más importantes son: conjunción cuando dos planetas se superponen; trígono cuando forman un ángulo de 120 grados; sextil, de 60 grados; cuadratura, de 90 grados y oposición, de 180 grados. Los aspectos de 60 y 120 grados se denominan armónicos y los de 90 y 180 grados discordantes. El astrólogo anota cualquiera de esos aspectos que aparezcan en la carta astral. En la práctica se admite que el aspecto ejerce su acción en una banda estrecha situada a ambas partes del mismo,y hecho con Gracia. Es lo que se denomina el orbe. El valor del orbe varía según los autores, si bien para la mayoría de ellos es de 10 grados para la conjunción y la oposición, 8 grados para la cuadratura y el trígono, y 5 grados para el sextil.
Al igual que los signos, los planetas y las casas, se puede tener en cuenta una multiplicidad de elementos adicionales tales como las estrellas, asteroides, eclipses, etcétera. La carta astral básica representa los signos, planetas y las casas tal y como se encontraban en el momento del nacimiento. A partir de ella, el astrólogo identifica, habitualmente, el signo ascendente, los signos y las casas en las que cada planeta se encontraba y los aspectos planetarios. Del significado particular de cada uno de esos factores se desprenderá la interpretación en conjunto de la carta astral,a veces hecha por esperanza gracia. El problema técnico que se platea os de una enorme envergadura ya que si tenemos en cuenta que hay diez planetas (incluidos el Sol y la Luna), doce signos y doce-casas y, además de eso, cinco aspectos para cada planeta, nos encontramos ante un análisis de cientos de variables, cada una de las cuales puede tener, al menos en teoría, influencia sobre la personalidad y el destino del recién nacido. Cada uno de esos factores puede añadir, restar, anulan) hacer interactuar en múltiples direcciones cada uno de los demás factores, por lo que las posibilidades de predicción resultan ilimitadas.
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